Zonas de Inmersión

Buceo en la Herradura

La Herradura, en Almuñécar, es un paraíso para el buceo, con aguas cristalinas, paredes rocosas y una rica biodiversidad.

Las mejores inmersiones de buceo en La Herradura

La Herradura es un destino perfecto para los amantes del buceo, gracias a sus aguas cristalinas y su increíble biodiversidad marina. Desde zonas protegidas ideales para principiantes hasta inmersiones más profundas para expertos, este enclave ofrece paisajes submarinos únicos. Lugares como la Punta de la Mona, la Cueva de las Palomas o sus formaciones rocosas son el hogar de especies como caballitos de mar, meros y nudibranquios. Un lugar imprescindible para quienes buscan una experiencia inolvidable bajo el agua.

Zonas de Inmersión

Cantarriján

36°44’15.8″N 3°46’40.6″W

Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 9-10 m, con una profundidad media de 8 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies. Fondos arenosos, rocosos y cuevas. Especies interesantes: Gorogónias, espirógrafos, nudibránquios, coral anaranjado, Brótola, congrios, caracolas porcelana (Cypraea lurida), quisquillas, camarones, bogavante, meros, morenas, pez ballesta, calamar.

Se requiere de un permiso para bucear en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. Puede realizar la inmersión a través de los centros de buceo que cuentan con el requerido permiso o independientemente solicitando la “autorización para la realización de actividades de uso público, turismo activo y ecoturismo en Parajes Naturales” a la Delegación Territorial de Granada de la Consejería competente.

Conocida también como “La Esquinita”, esta inmersión es muy popular entre buceadores autónomos y apneístas por igual.

La experiencia suele comenzar en la parte más occidental de la playa de Cantarriján, avanzando hacia el oeste. La zona marca el límite entre las provincias de Málaga y Granada, aunque la mayor parte del recorrido transcurre en aguas malagueñas. La profundidad máxima que se alcanza es de 9 metros, pero la presencia de varias cuevas permite observar especies características de mayores profundidades, como gorgonias y brótolas. Además, el área cuenta con una notable diversidad de hábitats, desde fondos rocosos hasta zonas de arena fina y limo. Cerca también se encuentra una pradera de fanerógamas que fomenta una rica biodiversidad.

Siguiendo hacia Málaga desde la playa y rodeando el saliente del “Cerro del Sol”, la inmersión comienza a profundizar, ofreciendo un espectáculo de vida marina. Entre las especies más destacadas se encuentran anémonas, espirógrafos, nudibránquios y gorgonias. En el camino es habitual encontrar grietas habitadas por brótolas, congrios y otras especies de hábitos similares.

En las paredes del recorrido, abundan huecos donde se refugian quisquillas y camarones de colores vibrantes. También es frecuente avistar congrios, brótolas, rayas torpedo y bogavantes. Un detalle curioso es la presencia de una rueda de camión recubierta de vida marina, que se ha convertido en un refugio para diversas especies, por lo que se recomienda no alterarla.

Un punto de interés especial es la primera cueva, muy visitada por buceadores a pesar de que no se aconseja adentrarse debido a la fragilidad del ecosistema que alberga. Tras cruzar una pequeña abertura, se llega a una sala abovedada de unos 15 metros de ancho y 5 metros de fondo, donde el techo está decorado con coral anaranjado. En sus pólipos suelen observarse santiaguiños y caracolas porcelana (Cypraea lurida). También aquí se esconden quisquillas y camarones, y ocasionalmente se avistan congrios, brótolas y bogavantes, aunque estos últimos son esquivos y difíciles de ver.

Siguiendo la inmersión hacia el oeste, encontramos una formación en forma de “V” invertida, con paredes convergentes llenas de grietas que sirven como refugio para diversas especies, desde meros y morenas hasta gusanos tubícolas como espirógrafos y serpúlidos. Aunque resulta tentador explorarla, se recomienda prudencia para evitar dañar el entorno.

A lo largo del recorrido, las rocas y grietas en el fondo esconden quisquillas, congrios, brótolas y peces ballesta, entre otros habitantes típicos de este tipo de hábitat. Si miramos hacia la superficie con buena visibilidad, podremos observar espáridos como sargos, salemas y lisas alimentándose entre las algas. En las zonas arenosas, es común encontrar peces planos, salmonetes de gran tamaño e incluso algún congrio de arena con un poco de suerte.

Más adelante se encuentra una tercera cueva con una entrada más pequeña que las anteriores. Aunque menos interesante, es ocasionalmente refugio de meros y otros serránidos. En esta cueva se percibe la mezcla de agua dulce y marina, un fenómeno que podría explicar la notable diversidad biológica de la zona, difícil de encontrar en otras partes de la costa.

Tras esta última cueva, el recorrido continúa entre grandes rocas y zonas de arena hasta que se consuma un tercio del aire de la botella, momento en el cual es necesario iniciar el regreso. Con un golpe de suerte, podríamos avistar algún calamar de gran tamaño acercándose para depositar sus huevos, un espectáculo inolvidable.

Los candelabros

36°43’59.4″N 3°46’22.3″W

Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 17-18 m, con una profundidad media de 17 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Zona arenosa: Comunidad de Arena: Ceriántidos, Ermitaños, Salmonetes, Herreras.
Zona abierta / Pelágica: Bancos de alevines, Bogas, Sardinas, Castañuelas.
Zona Rocosa: Pulpo, Algas, Esponjas: Ircinia fasciculataIrcinia oros y otras. Anémonas: Anémona de cristal o la Anemonia viridis, Cangrejos: cangrejos araña Inachus phalangium., Nudibranquios: los más frecuentes los de los géneros ChromodorisHypselodoris y las Flabellinas. Peltodoris artromaculata o vaquita suiza, Congrios, Morenas, Langosta, Carángidos, Lisas, Sargos, Mojarras, Obladas, Salpas, Castañuelas.

Se requiere de un permiso para bucear en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. Puede realizar la inmersión a través de los centros de buceo que cuentan con el requerido permiso o independientemente solicitando la “Autorización para la realización de actividades de uso público, turismo activo y ecoturismo en Parajes Naturales” a la Delegación Territorial de Granada de la Consejería competente.

Partiendo desde la Playa de Cantarriján en dirección al Cerro Gordo, y tras superar varias formaciones rocosas, se puede observar una pared que destaca por su forma perpendicular a la línea de la costa. Este lugar, fácilmente identificable, está protegido de los vientos de levante y coronado por un frondoso bosque de pinos.

La inmersión comienza generalmente en un punto intermedio de esta pared, anclando a unos 7 metros de profundidad. El recorrido sigue la línea de encuentro entre el acantilado y el fondo arenoso, con la pared siempre a nuestra izquierda. El trayecto, en un rumbo aproximado de 225º, desciende suavemente hasta alcanzar los 17 metros en la zona más prominente, lo que lo convierte en un sitio perfecto para buceadores principiantes por su accesibilidad y sencillez. La distancia total, dependiendo del punto de inicio, ronda los 150 metros de ida (300 ida y vuelta), lo que permite aprovechar bien el aire incluso con una botella de 12 litros. Gracias a estas características, este enclave también resulta ideal para realizar inmersiones durante la noche.

En las zonas arenosas, es habitual encontrar ceriántidos, ermitaños, salmonetes y herreras, mientras que en aguas abiertas suelen aparecer bancos de peces juveniles, junto con bogas, sardinas y castañuelas. Hacia el límite entre los fondos arenosos y las rocas, es fácil observar pulpos, mientras que el acantilado ofrece un ecosistema rico en algas y esponjas como la Ircinia fasciculata y la Ircinia oros, además de otras especies que cubren las paredes rocosas. En estas zonas también se encuentran pólipos como la Anémona de cristal (Anemonia viridis), que suele albergar entre sus tentáculos pequeños cangrejos araña (Inachus phalangium). Además, los amantes de los nudibranquios disfrutarán con la presencia de diversas especies, como los géneros Chromodoris, Hypselodoris y Flabellinas, siendo la vistosa Peltodoris artromaculata, conocida como vaquita suiza, una de las más llamativas.

Un punto destacado del recorrido es el hallazgo de los restos de un barco hundido. Estos vestigios, localizados cerca de una gran roca, incluyen cuadernas enterradas y fragmentos de barandillas de proa que sobresalen del lecho marino, de los cuales proviene el nombre de esta inmersión.

Avanzando hacia la punta del acantilado, grandes bloques rocosos ascienden desde el fondo casi hasta la superficie, formando grietas que son el hogar de congrios y morenas. Una de estas piedras, situada al final del recorrido antes de que la pared cambie su dirección hacia el levante, presenta una amplia cavidad a media profundidad. En su interior descansa una antigua red de pesca, lo que requiere precaución para evitar enganches. Esta cueva es el hogar de una langosta de gran tamaño, acostumbrada a la presencia de buceadores, aunque observarla suele ser cuestión de suerte.

Desde este punto, se puede continuar hacia zonas más profundas, donde es posible avistar bancos de carángidos, o rodear la punta hacia el levante, donde se refugian especies como lisas, mojarras, salpas, sargos, obladas y castañuelas. Al regresar, siguiendo el sentido inverso y manteniendo el acantilado a la derecha, es recomendable disminuir gradualmente la profundidad. Este retorno escalonado permite disfrutar de la diversidad de organismos adheridos a las rocas y, al mismo tiempo, evita la necesidad de realizar una parada de seguridad. Por cuestiones de planificación, el retorno debe iniciarse tras consumir un tercio del aire de la botella.

Los ceriantus

36°43’54.0″N 3°46’22.0″W

Media-Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 19 m, con una profundidad media de 15 m..

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies. Zona de paso de pez luna

Se requiere de un permiso para bucear en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. Puede realizar la inmersión a través de los centros de buceo que cuentan con el requerido permiso o independientemente solicitando la “autorización para la realización de actividades de uso público, turismo activo y ecoturismo en Parajes Naturales” a la Delegación Territorial de Granada de la Consejería competente.

Esta inmersión es ideal para realizarla en condiciones de resguardo contra los vientos de poniente, ya que el lugar ofrece una protección natural frente a corrientes fuertes, lo que la convierte en una opción tranquila y segura para buceadores de todos los niveles. El entorno combina la belleza del acantilado rocoso a un lado, con un fondo que alterna entre arenas y rocas, brindando una experiencia visual diversa desde el inicio.

Durante los primeros metros del recorrido, el acantilado rocoso a nuestra izquierda se convierte en el marco principal de la inmersión. Este muro submarino se encuentra mayormente cubierto por algas rojas y pardas en las áreas más iluminadas por la luz solar, mientras que las zonas más sombrías y escondidas están repletas de una rica variedad de invertebrados que aportan texturas y colores sorprendentes al paisaje submarino.

En las zonas más abiertas y despejadas, es habitual estar rodeado de bancos de carángidos y clupeidos, destacando especies como la Sardina pilchardus, además de otras como bogas, mojarras y espáridos. Estos peces suelen desplazarse en grupos numerosos, lo que añade dinamismo al entorno marino. Más cerca del acantilado, en los fondos rocosos, es común encontrar meros, brótolas y otras especies que prefieren esconderse en grietas o moverse lentamente cerca del refugio de las rocas.

Una de las características más distintivas de esta inmersión es la presencia de abundantes colonias de anémonas Cerianthus membranaceus, que destacan por sus penachos llamativos y su delicadeza al moverse con las corrientes. Además, se pueden observar anémonas amarillas incrustantes y una variedad de pólipos que añaden un espectacular colorido al paisaje submarino, haciendo de este lugar un verdadero paraíso para los amantes de la fotografía submarina.

Si decidimos explorar más a fondo las áreas abiertas, los bancos de peces nos acompañarán a lo largo del recorrido. Entre ellos, los carángidos ofrecen un espectáculo fascinante por sus movimientos coordinados, mientras que los espáridos y mojarras buscan alimento en las proximidades de las algas. Este constante cambio de vida marina hace que cada inmersión sea única.

El recorrido puede extenderse dependiendo del consumo de aire, ya que es posible avanzar hasta consumir un tercio de la botella antes de iniciar el regreso. Para los buceadores que deseen alargar la aventura, existe la opción de realizar una inmersión tipo “caribeña”, avanzando hacia el poniente hasta alcanzar la famosa zona de inmersión conocida como la Cueva de Las Palomas, un destino que por sí mismo merece ser explorado en detalle.

En definitiva, esta inmersión combina la tranquilidad de aguas protegidas, la diversidad de hábitats, y la abundancia de especies marinas que hacen de cada metro recorrido una experiencia inolvidable. Ya sea para admirar la vida marina cercana al acantilado o para explorar las áreas más abiertas, este lugar ofrece opciones para buceadores con distintos niveles de experiencia.

La Cueva de las Palomas

36°43’53.1″N 3°46’15.0″W

Media-Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 17 m, con una profundidad media de 15 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies interesantes. Algas pardas y rojas, colonias de anémona amarilla, bancos de carángidos como el pez limón, bancos de sardinas, salemas, mojarras, etc. Congrios, meros y brótolas.

Se requiere de un permiso para bucear en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. Puede realizar la inmersión a través de los centros de buceo que cuentan con el requerido permiso o independientemente solicitando la “Autorización para la realización de actividades de uso público, turismo activo y ecoturismo en Parajes Naturales” a la Delegación Territorial de Granada de la Consejería competente.

Esta inmersión ofrece la posibilidad de explorar un área tranquila y protegida de los vientos de poniente, lo que la convierte en una opción segura y agradable. Aunque el nombre de la inmersión puede resultar engañoso, ya que no se realiza en una cueva, su punto de inicio se encuentra cerca de la Cueva de las Palomas, también conocida como Cueva de la Virgen. Desde este lugar, el recorrido sigue el límite natural entre arenas y rocas, dejando a la derecha el impresionante acantilado rocoso.

A medida que avanzamos, nos encontramos con una sucesión de grandes bloques de piedra originados por desprendimientos. Estas formaciones han creado un intrincado laberinto de grietas, pasillos y oquedades, que sirven de refugio para una rica diversidad de especies marinas. Las superficies expuestas de estas rocas están cubiertas principalmente por algas pardas y rojas, que prosperan en las zonas iluminadas, mientras que los espacios más oscuros y ocultos albergan invertebrados de todo tipo, añadiendo un contraste único al paisaje submarino.

Dependiendo del tiempo que dediquemos a observar los detalles, es posible extender el recorrido hacia la conocida zona de inmersión llamada “Los Ceriantus”, famosa por la abundancia de las vistosas anémonas Ceriantus membranaceus, que son uno de los mayores atractivos del área. Estas anémonas, con sus penachos característicos, aportan una belleza singular al entorno. Además, como en otras áreas de este paraje, no faltan las colonias de anémonas amarillas incrustantes y una variedad de pólipos, que realzan el colorido y la vida del fondo marino.

En las áreas abiertas y despejadas, es común observar bancos de carángidos, entre los que destacan los peces limón, que suelen acechar a cardúmenes de sardinas y bogas. También son frecuentes otros bancos de peces, como salemas, mojarras y espáridos, que se mueven en grupos numerosos, ofreciendo un espectáculo de vida y movimiento constante. En los pasillos y cuevas formados por las grandes piedras, es habitual encontrar congrios escondidos en sus refugios, así como diversas especies de serránidos, incluyendo meros y brótolas, que aportan una interesante variedad al ecosistema de esta zona.

El recorrido puede extenderse hasta que se consuma un tercio del aire de la botella, momento en el cual es necesario iniciar el regreso. Para quienes deseen explorar más a fondo, existe la opción de realizar una inmersión tipo “caribeña”, avanzando en dirección poniente para llegar a otra área fascinante: la zona de inmersión de los Candelabros. Esta alternativa permite disfrutar aún más del entorno submarino y descubrir nuevas especies y paisajes marinos.

En definitiva, esta inmersión es una experiencia completa que combina la exploración de formaciones geológicas únicas, una gran riqueza de fauna y flora marina, y la tranquilidad de un lugar protegido de las corrientes y los vientos, ideal tanto para buceadores experimentados como para aquellos que buscan una inmersión relajada pero emocionante.

La Pared Amarilla

36°43’48.6″N 3°46’08.8″W

Media, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 24 m, con una profundidad media de 20 m

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies. Brótolas, corvallos, tembladeras y meros.Pez luna y Nudibranquios. Esponjas, espirógrafos, serpúlidos, coral naranja y algas pardas.

Se requiere de un permiso para bucear en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. Puede realizar la inmersión a través de los centros de buceo que cuentan con el requerido permiso o independientemente solicitando la “Autorización para la realización de actividades de uso público, turismo activo y ecoturismo en Parajes Naturales” a la Delegación Territorial de Granada de la Consejería competente.

Esta inmersión destaca por desarrollarse en un entorno de fondo mixto, compuesto por grandes bloques de roca desprendidos del acantilado, combinados con un sustrato de rocas más pequeñas y arena que se extiende hacia mar abierto. El recorrido puede complementarse con la Cueva de las Palomas, ubicada en el extremo occidental de la pared, lo que permite iniciar o finalizar la inmersión en este emblemático punto.

La profundidad máxima en la zona donde se encuentran las rocas y la arena ronda los 24 metros, aunque acercarse al acantilado permite reducir la profundidad, extendiendo así el tiempo de fondo. Sin embargo, es fundamental mantener un control cuidadoso de los ascensos y descensos durante el recorrido, especialmente si exploramos las grandes rocas que se elevan desde el fondo hasta pocos metros por debajo de la superficie. Estos cambios constantes en la cota pueden incrementar el riesgo de accidentes descompresivos, por lo que se recomienda a los buceadores menos experimentados evitar este tipo de exploración para minimizar problemas de flotabilidad o riesgos innecesarios.

Entre los principales atractivos de esta inmersión se encuentra la posibilidad de avistar al pez luna (Mola mola), una de las especies más emblemáticas de la zona. Este fascinante pez, conocido por su peculiar forma y tamaño, transita estas aguas desde primavera hasta otoño. Durante este período, la zona parece actuar como una estación de limpieza, donde peces como las doncellas se encargan de eliminar los parásitos de su piel, ofreciendo un espectáculo natural único para los buceadores.

Independientemente del punto de inicio, ya sea desde la pared occidental o desde la propia Cueva de las Palomas, esta inmersión se caracteriza por la abundante presencia de especies propias de hábitats cavernosos. Es común encontrar congrios, junto con otras especies como brótolas, corvallos, tembladeras y meros, que aprovechan las grietas y oquedades de las grandes rocas como refugio. La diversidad de fauna hace de esta inmersión un atractivo especial para quienes disfrutan observando la vida marina en entornos variados.

Además de los peces, el área es hogar de una notable cantidad de invertebrados, como esponjas de colores vivos, espirógrafos, serpúlidos y cnidarios. Entre los cnidarios destacan las anémonas incrustantes amarillas y el coral naranja, que aportan un espectacular contraste visual con las rocas circundantes. También se encuentran numerosos nudibranquios, que aportan un toque de colorido y variedad al paisaje submarino. Estas pequeñas criaturas se asocian habitualmente a las paredes rocosas, creando un entorno rico en detalles que merece la pena explorar detenidamente.

En cuanto a la vegetación marina, la zona presenta una interesante diversidad, con predominancia de algas pardas, como Stypocaulon sp., que se desarrollan en las zonas más iluminadas. Sin embargo, también se observa una gran abundancia de alga roja Asparagopsis taxifolia, una especie invasora que ha proliferado significativamente en este entorno, alterando el equilibrio natural.

En resumen, esta inmersión combina la exploración de un paisaje submarino lleno de contrastes, con una riqueza biológica que incluye desde peces emblemáticos como el pez luna, hasta invertebrados coloridos y vegetación variada. No obstante, se recomienda avanzar con precaución, monitorear el consumo de aire y planificar el recorrido para iniciar el regreso al consumir un tercio de la botella, maximizando así la seguridad y el disfrute de esta experiencia única.

Calaiza

36°44’05.6″N 3°45’43.0″W

Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 22 m, con una profundidad media de 20 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies interesantes.Brótolas, tembladeras, langosta y meros.Nudibránquios.Esponjas, espirógrafos, serpúlidos, anémonas y algas pardas.

No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión es una de las más accesibles de la zona, siendo ideal tanto para buceadores principiantes como para aquellos que practican apnea. El punto de partida recomendado se encuentra fuera del Paraje Natural, en la playa de Calaiza, desde donde se puede nadar en dirección Sur-Suroeste hasta acercarse al extremo más meridional del Paraje. Es importante tener en cuenta las posibles corrientes que se generan en esta área, ya que pueden dificultar el regreso al punto inicial, especialmente en días con condiciones de viento desfavorable. Dado que la distancia hasta el cabo supera los 500 metros, se puede planificar la inmersión en varios tramos o realizarla en un formato tipo “caribeño”, completando el recorrido en una sola dirección.

El fondo marino de esta área presenta una composición variada, caracterizada por una mezcla de arenas y rocas de tamaño considerable. En las zonas de transición entre estos sustratos también se encuentran áreas cubiertas por cascajos, que a su vez están tapizados por una rica diversidad de algas pardas. Estas formaciones rocosas acumuladas han creado oquedades y grietas que sirven como refugio para numerosas especies marinas propias de estos hábitats. Es posible encontrar meros, congrios, brótolas e incluso, con algo de suerte, alguna langosta escondida en el interior de estas cavidades.

Para aprovechar al máximo la experiencia, se recomienda llevar una linterna submarina, ya que iluminar las grietas y cavidades permite apreciar detalles que de otro modo pasarían desapercibidos, como la vida que habita en las zonas más oscuras y protegidas.

La superficie de las rocas acumuladas, como es característico en todo el Paraje Natural, está densamente recubierta por algas en las áreas más expuestas a la luz. En las partes más sombreadas y protegidas, se puede observar una abundante diversidad de invertebrados que aportan un espectacular colorido al paisaje submarino. Entre ellos destacan espirógrafos y serpúlidos, que ondean sus penachos al ritmo de las corrientes, así como varias especies de esponjas y llamativos nudibranquios. También son comunes las anémonas, que con sus vivos colores añaden un contraste fascinante al entorno marino.

Esta inmersión no solo ofrece una experiencia visual rica en biodiversidad, sino que también permite explorar un ecosistema marino en constante interacción entre rocas, algas e invertebrados. La tranquilidad del recorrido, junto con la posibilidad de dividirlo en secciones según la resistencia o experiencia del buceador, hace de esta inmersión una opción atractiva tanto para quienes buscan un paseo relajado como para aquellos interesados en descubrir cada detalle del fondo marino.

En definitiva, esta inmersión combina simplicidad, belleza y biodiversidad, lo que la convierte en una experiencia única para disfrutar de las maravillas que ofrece este Paraje Natural.

El Salto

36°43’29.5″N 3°44’11.5″W

Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 17 m, con una profundidad media de 15 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa ligera (Fuerza 4) mejor con poniente que levante

Comunidades y especies interesantes.Anémonas (Cerianthus sp.), espirógrafos, pulpos, sepias, tembladeras, salmonetes, bancos de sardinas y alevines de otras especies.

No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión es ideal para buceadores de todos los niveles, ya que combina sencillez con la posibilidad de realizarla tanto en apnea como desde tierra. Los accesos son variados, ofreciendo diferentes puntos de partida con características únicas que se adaptan a las preferencias y experiencia de los buceadores. Uno de los accesos más populares comienza en la playa de La Herradura, en su extremo oriental, desde donde se puede nadar aproximadamente 100 metros para alcanzar una zona de rocas y mayor profundidad. Este recorrido inicial nos lleva a un entorno donde el fondo se divide entre arenas y piedras, cubiertas en gran parte por algas que aportan vida y color al paisaje marino.

Al avanzar hacia el sur y ganar profundidad, el entorno cambia, revelando rocas de mayor tamaño entre las cuales se encuentran diversas especies marinas. Es fácil observar anémonas Ceriantus, con sus penachos vibrantes, y una notable cantidad de sabélidos, como espirógrafos y otros gusanos tubícolas que se mueven al compás de las corrientes. Este hábitat también es hogar de numerosos nudibránquios, una de las atracciones principales de la inmersión, junto con especies como pulpos, sepias y tembladeras. En la transición entre arena y rocas, es frecuente encontrar salmonetes alimentándose, mientras que bancos de sardinas y alevines iluminan el agua con sus destellos plateados. A pesar de la riqueza del ecosistema, especies como los meros son menos comunes debido a la actividad de pescadores submarinos que frecuentan la zona.

Otro punto destacado para comenzar la inmersión es conocido como el salto, que resulta atractivo para los más aventureros. Sin embargo, el acceso a este lugar implica descender por un camino de tierra que puede ser resbaladizo e inestable, representando un reto para quienes no están acostumbrados. Desde esta posición, el salto se realiza desde una roca elevada, a poco más de un metro sobre la superficie del agua. Este salto requiere dar un paso decidido hacia adelante, por lo que no es recomendable para buceadores principiantes. Para salir del agua, existe una escalerilla deteriorada, aunque su uso también puede resultar complicado, especialmente en días de mal tiempo o con oleaje.

Comenzando la inmersión desde este punto, podemos dirigirnos hacia el sur para explorar una formación rocosa conocida como la Piedra del Hombre, un lugar frecuentado por diversas especies marinas. En sus alrededores es común observar espáridos, bogas, castañuelas y otras especies típicas de estos hábitats. Tras recorrer esta zona, el trayecto continúa hacia la playa de La Herradura, reduciendo progresivamente la profundidad. En caso de que el aire restante en la botella sea insuficiente para alcanzar la playa, será necesario navegar en superficie durante un corto tramo para regresar al punto de partida.

Por último, para quienes prefieren realizar la inmersión desde embarcación, el recorrido puede adaptarse según las necesidades del grupo. Generalmente, se opta por comenzar en un punto más profundo, en dirección sur, para después regresar hacia la costa, explorando el roquedo que queda a menor profundidad y a la derecha del recorrido. Esta variante permite personalizar la experiencia y disfrutar de la riqueza marina desde diferentes perspectivas.

En resumen, esta inmersión ofrece una experiencia completa, con opciones para realizarla desde diferentes accesos y profundidades. La diversidad del ecosistema, la posibilidad de ver especies únicas y los múltiples puntos de inicio hacen de este lugar un destino imprescindible para buceadores y apneístas que deseen disfrutar de la belleza submarina de La Herradura.

La Calita

36°43’17.1″N 3°44’09.7″W

Medio-alto, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.

Profundidad máxima 30 m, con una profundidad media de 20 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies interesantes. Gorgonias, coral naranja, coral candelabro, nudibránquios, espirógrafos, bancos de castañuelas, meros y bogavante.

No se necesitan permisos para bucear.

Al llegar al punto de anclaje, la inmersión comienza descendiendo por el cabo de fondeo hasta un fondo compuesto por rocas dispersas. Desde aquí, una de las opciones más interesantes es dirigirnos hacia el sur, sobrevolando los grandes bloques de roca que se encuentran esparcidos en el lecho marino. Este recorrido nos lleva a superar el cabo, dejando a la izquierda la imponente pared rocosa que se eleva desde el fondo, una característica que enriquece visualmente la experiencia.

Otra alternativa consiste en dejar el cabo de fondeo y explorar la zona de arena, donde se han colocado varias esculturas y figuras submarinas. Aunque estos elementos son artificios en un entorno ya rico en biodiversidad, pueden resultar atractivos para algunos buceadores. Tras visitar esta zona, el recorrido continúa hacia el sur, superando el cabo, y posteriormente se toma un rumbo sureste. Es esencial monitorizar el consumo de aire y limitar el recorrido a un tercio de la capacidad de la botella. Para el regreso, se recomienda seguir cerca del acantilado, manteniéndolo a la derecha, y perder gradualmente profundidad para evitar entrar en deco.

La vida marina en esta zona es abundante y diversa. Durante el trayecto, es común encontrarse con bancos de castañuelas, que serán nuestros acompañantes constantes, junto con otras especies habituales de espáridos y lábridos, como fredies y doncellas. Entre las rocas y grietas, es posible avistar meros, no especialmente grandes pero igualmente llamativos, que suelen refugiarse bajo las estructuras naturales del lecho. Estas grietas y cuevas también albergan una variedad de especies, entre las que destacan nudibranquios, espirógrafos y diversas especies de gorgonias. Además, se pueden encontrar colonias de coral naranja y, con algo de suerte, alguna de coral candelabro, que aporta un toque distintivo a este ecosistema.

Una de las formaciones más notables del área es la conocida como la Cueva del Bogavante, un refugio donde, como su nombre indica, habita un impresionante decápodo que se ha convertido en una atracción especial para los buceadores que logran encontrarlo. Este punto, junto con las grietas y formaciones rocosas circundantes, ofrece un excelente lugar para observar de cerca la fauna invertebrada y los hábitos de las especies marinas que habitan esta zona.

La inmersión tiene una profundidad media de 25 metros, con puntos que pueden alcanzar hasta más de 30 metros, lo que limita significativamente el tiempo de fondo. Es crucial planificar el buceo de manera cuidadosa para garantizar un retorno seguro al punto de partida antes de agotar el aire disponible. Además, la previsión meteorológica debe considerarse con especial atención, ya que esta área es propensa a corrientes y cambios repentinos en las condiciones climáticas, lo que podría complicar la inmersión o el regreso a la embarcación.

En definitiva, esta inmersión combina una riqueza biológica impresionante, con una experiencia técnica que exige planificación y precaución. Es una oportunidad única para disfrutar de la vida marina y los paisajes submarinos, desde las esculturas en la arena hasta las grietas que albergan especies fascinantes, ofreciendo algo especial para buceadores con diferentes intereses y niveles de experiencia.

Piedras Altas

36°43’10″N 3°44’06″W

Alta.

Profundidad máxima 40 m, con una profundidad media de 30 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies interesantes.Coral candelabro y coral anaranjado, pez Luna, Seriolas, bancos de Castañuelas y bancos de Tres Colas (Anthias anthias).

No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión requiere obligatoriamente el apoyo de una embarcación, ya que se realiza a la deriva, sin un fondeo fijo. El descenso es directo y rápido hasta alcanzar una profundidad cercana a los 30 metros, donde comienzan a aparecer grandes bloques de piedra que se elevan desde el fondo, características que le otorgan el nombre a esta inmersión. Aunque es posible mantenerse sobrevolando estas estructuras sin descender demasiado, la curiosidad de los buceadores suele llevarlos a explorar hasta el límite permitido de 40 metros, o incluso algo más si no se controla adecuadamente la profundidad.

A estas cotas, el tiempo de fondo es limitado, permitiendo únicamente 10 a 12 minutos de permanencia antes de iniciar el ascenso. Aunque el tiempo parece breve, la experiencia resulta inolvidable gracias a la impresionante diversidad biológica que albergan estas formaciones rocosas. La combinación de grandes piedras y la fauna marina que las rodea convierten esta inmersión en una oportunidad única para explorar las profundidades del entorno marino.

Entre los principales atractivos del área destacan las colonias de Coral Candelabro (Dendrophyllia ramea), que, aunque impactantes, muestran signos de deterioro debido a la presencia de sedales y restos de equipos de pesca abandonados. Junto a estas, se encuentran numerosas colonias de Coral Anaranjado (Astroides calycularis), que aportan un vibrante contraste de color en las paredes y bloques rocosos. Estas especies de coral, cada vez más afectadas por la actividad humana, son un recordatorio de la importancia de proteger estos ecosistemas frágiles.

En cuanto a la fauna marina, la zona ofrece encuentros fascinantes. Es posible tener la suerte de avistar algún pez luna (Mola mola), una de las especies más emblemáticas de estas aguas, o incluso pelágicos como las seriolas, conocidas también como pez limón (Seriola dumerili). Estos grandes nadadores aportan dinamismo y emoción a la inmersión. Además, en las zonas menos profundas es común encontrar bancos de castañuelas, mientras que en las áreas más profundas habitan los llamativos tres colas (Anthias), que se desplazan en grupos, añadiendo vida y movimiento al paisaje submarino.

Dado que esta inmersión se realiza a grandes profundidades, es fundamental planificar cuidadosamente el tiempo de fondo y el consumo de aire para garantizar un regreso seguro. La gestión del ascenso, con paradas de seguridad adecuadas, es imprescindible para evitar cualquier complicación descompresiva, especialmente si se alcanza la cota de 40 metros o más. Asimismo, es recomendable realizar esta inmersión solo en condiciones meteorológicas estables y con un equipo experimentado para maximizar la seguridad.

En resumen, esta inmersión combina el desafío técnico de las grandes profundidades con la oportunidad de explorar un entorno submarino único, donde se mezclan formaciones rocosas espectaculares, corales impresionantes, y una rica diversidad de especies marinas. Aunque breve, esta experiencia deja una huella imborrable para quienes buscan descubrir la belleza y la biodiversidad de las aguas profundas.

La Cueva de Jarro

36°43’11″N 3°43’50″W

Alta.

Profundidad máxima 40m, con una profundidad media de 30 m.

Único acceso desde embarcación.

Brisa moderada (Fuerza <4), mejor con levante que con poniente.

Comunidades y especies.Coral candelabro y coral anaranjado.Pez luna y pez limón
No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión, caracterizada por su exposición a las condiciones meteorológicas y su profundidad considerable, guarda similitudes con la inmersión conocida como “Piedras Altas” en términos de ecosistemas y características generales. Por su nivel de dificultad, se recomienda únicamente para buceadores experimentados que cuenten con la titulación adecuada y experiencia en inmersiones profundas.

El recorrido tiene como punto central una grieta submarina que desciende hasta alcanzar los 40 metros de profundidad. Este descenso gradual nos ofrece la oportunidad de explorar un entorno rico en biodiversidad, pero debido a la profundidad alcanzada, es imprescindible limitar el tiempo en el fondo a no más de 10 minutos, para evitar riesgos asociados a la descompresión. Desde la superficie, el descenso se realiza de manera paulatina, permitiendo observar las fascinantes colonias de Coral Candelabro (Dendrophyllia ramea) y Coral Anaranjado (Astroides calycularis), que decoran las paredes de la grieta con sus colores vibrantes, creando un espectáculo visual único.

Con un poco de suerte, esta inmersión puede deparar encuentros inolvidables con peces luna (Mola mola), que suelen transitar estas aguas profundas, y con especies pelágicas como las seriolas o pez limón (Seriola dumerili). Estas especies, conocidas por su tamaño y majestuosidad, añaden un toque de emoción y dinamismo al recorrido. En las zonas más profundas, es común encontrar Anthias y tres colas, pequeños peces que se mueven en grupos y que aportan vida y movimiento al fondo marino.

Debido a la profundidad y la exposición a las condiciones meteorológicas, esta inmersión requiere una planificación meticulosa. Es esencial controlar tanto el tiempo de fondo como el consumo de aire, y realizar un ascenso seguro con las paradas de descompresión necesarias. Además, se recomienda consultar previamente las condiciones climáticas, ya que esta área es particularmente sensible a cambios bruscos en el tiempo, que pueden dificultar tanto la inmersión como el regreso a la superficie.

En resumen, esta inmersión ofrece una experiencia única para buceadores avanzados, combinando la emoción de explorar profundidades significativas con la oportunidad de observar especies emblemáticas y ecosistemas fascinantes. Es una inmersión que, con la preparación y experiencia adecuadas, quedará grabada como una de las más memorables en la trayectoria de cualquier buceador experimentado.

La Punta de la Mona

36°43’09″N 3°43’38″W

Alta.

Profundidad máxima 40m, con una profundidad media de 35 m.

Acceso desde embarcación o en infantería desde la playa de los Berengueles.

Brisa ligera (Fuerza 3) mejor con poniente que con levante.
Comunidades y especies.Reyezuelos y brótolas.Bogas y nudibránquios. Meros, congrios, morenas y galateas.Cabrachos o rascacios, pulpos, salemas, mojarras y sargos.
No se necesitan permisos para bucear.

La inmersión comienza con un primer descenso hasta los 6 metros de profundidad, donde el fondo está compuesto por cascajo cubierto de una rica variedad de algas marinas. A medida que avanzamos, nos acercamos a una pared formada por grandes bloques de piedra, resultado de desprendimientos de las montañas cercanas a la costa. Durante este tramo, dejamos la Punta de la Mona a nuestra derecha y seguimos en dirección sur.

Al llegar a los 13 metros de profundidad, encontramos uno de los puntos más destacados de esta inmersión: la Caverna de la Virgen, un espacio de fondo arenoso con paredes decoradas por corales naranjas y tonos amarillentos. Esta caverna alberga una sorprendente diversidad de vida marina, entre la que destacan reyezuelos y brótolas, que aportan color y movimiento a este rincón submarino. Además, es un lugar especial por la posibilidad de encontrarnos con los caballitos de mar, uno de los habitantes más emblemáticos de esta zona.

A medida que descendemos hasta los 17 metros, podemos empezar a notar la presencia de una leve corriente, que puede incrementarse con rapidez. Por motivos de seguridad, se recomienda regresar al punto de partida si la corriente se intensifica, ya que puede dificultar la navegación y el control de flotabilidad.

En la zona pelágica, es común observar bancos de bogas, mientras que en las áreas más cercanas al fondo y las grietas de las rocas encontramos una rica variedad de fauna marina. Especies como meros, congrios, morenas y galateas se refugian en estas grietas, mientras que los alrededores están poblados por una gran cantidad de nudibranquios y los llamativos anthias, que aportan un vibrante colorido al paisaje submarino. También son frecuentes los cabrachos o rascacios, junto con pulpos, que se esconden entre las rocas.

En profundidades más someras, alrededor de los 5 metros, es posible observar gobios y blénidos escondidos entre las piedras, así como una variedad de salemas, mojarras y sargos que nadan cerca de la superficie. A partir del mes de mayo, esta zona cobra aún más vida con espectáculos naturales en los que bolas de alevines plateados intentan escapar de depredadores como bonitos y melvas, mientras que los lábridos ofrecen un fascinante espectáculo con sus rituales de cortejo.

Esta inmersión combina una rica biodiversidad, paisajes submarinos únicos y la posibilidad de observar interacciones naturales que no dejan de sorprender, haciendo de esta experiencia algo inolvidable tanto para buceadores experimentados como para quienes deseen explorar las maravillas del fondo marino.

La Piedra de la Higuera

36°43’48.6″N 3°46’08.8″W

Baja-Media.

Profundidad máxima 25m, con una profundidad media de 20 m.

Desde embarcación.

Brisa ligera (Fuerza 3) mejor con poniente que con levante.
Comunidades y especies.Congrios, pulpos, meros, brótolas, nudibranquios y langostas
No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión tiene lugar en una bahía abierta que conecta al norte con la Playa de Marina del Este. Es un destino que destaca no solo por su profundidad, sino también por las particularidades del fondo marino. Este está compuesto principalmente por arena, interrumpida por una formación rocosa prominente que alberga una sorprendente diversidad de vida marina. Un detalle curioso y único de esta zona es la presencia de dos coches hundidos, arrastrados hasta aquí por las fuertes riadas que se originan en las montañas cercanas. Cada vehículo se encuentra a una profundidad distinta, añadiendo un elemento inusual y atractivo para los buceadores.

La roca principal, que sobresale entre el fondo arenoso, es un refugio para una amplia variedad de especies marinas. Durante la inmersión, es común avistar congrios, pulpos, meros y brótolas escondidos en las grietas y oquedades de la formación rocosa. También es un punto destacado para observar nudibránquios coloridos, que aportan un toque vibrante al paisaje submarino. Con algo de suerte, podríamos incluso encontrar langostas (Palinurus elephas), que a menudo buscan refugio en estas mismas grietas.

La inmersión, que alcanza una profundidad máxima de 25 metros, requiere un control preciso de la orientación, ya que las referencias visuales son limitadas. Para orientarse, los buceadores deben apoyarse principalmente en el uso de una brújula y en la inclinación natural del lecho marino, lo que añade un desafío técnico a la experiencia. A esta profundidad, se recomienda mantener un tiempo prudente en el fondo para evitar riesgos asociados a la descompresión.

Además del atractivo de las formaciones rocosas y los restos inusuales como los coches hundidos, la zona ofrece la oportunidad de explorar un ecosistema diverso que refleja la riqueza del entorno submarino. Los buceadores experimentados valorarán tanto los aspectos técnicos de la inmersión como la posibilidad de observar especies fascinantes en su hábitat natural.

Esta inmersión combina la emoción de explorar elementos únicos, como los vehículos sumergidos, con la belleza de la vida marina que prospera en este entorno. Es, sin duda, una experiencia que deja una impresión duradera en quienes buscan aventuras submarinas poco convencionales.

El Roqueo de los 14

36°43’14″N 3°43’37″W

Baja-Media.

Profundidad máxima 17 m, con una profundidad media de 10 m.

Desde embarcación.

Brisa ligera (Fuerza 3) mejor con poniente que con levante.
Comunidades y especies interesantes.Anémonas, erizos, espirógrafos, estrellas de mar, ceriantus y nacras, rubios, golondrinas y tembladeras, cangrejos ermitaños, congrios y brótolas, pulpos, sepias, cabrachos y rascacios.
No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión comienza a unos 50 metros de la playa de Marina del Este, en una zona donde los desprendimientos de numerosas piedras han creado una escollera que alcanza una profundidad aproximada de 9 metros. El fondo, compuesto por arena y pequeñas rocas, esconde en ocasiones a caballitos de mar, perfectamente mimetizados con su entorno. Este primer tramo ya ofrece una rica diversidad para explorar.

En la superficie de las rocas de la escollera, se pueden observar anémonas, erizos, espirógrafos y estrellas de mar, que aportan un colorido particular a este paisaje submarino. Entre las especies más comunes de esta zona se encuentran reyezuelos, meros, abadejos, e incluso pequeñas criaturas como gambas limpiadoras y quisquillas (Gnathophyllum elegans). Este tramo inicial es ideal para quienes buscan observar la microfauna marina en detalle.

Al superar los 9 metros de profundidad, nos dirigimos hacia el este, donde encontramos una formación de enormes rocas que desciende hasta unos 12 metros. A medida que avanzamos, estas formaciones dan lugar a un fondo de transición entre arena y cascajos, hogar de una variedad de especies como ceriantus, algas pardas y nacras. Aquí es habitual avistar rubios, escarchos, golondrinas y tembladeras, que se mueven entre las rocas y los espacios arenosos.

En esta zona, a unos 14 metros, destacan los Anthias anthias, pequeños peces de vivos colores que suelen formar bancos, añadiendo movimiento y vida al paisaje. Mientras tanto, en las grietas y zonas más oscuras de las rocas se refugian especies como el coral naranja y la anémona amarilla, que contrastan con el fondo rocoso. En estas mismas cavidades podemos encontrar cangrejos ermitaños, congrios y brótolas, que aprovechan estos espacios como refugio.

Entre las especies más llamativas de la zona se incluyen pulpos, sepias, cabrachos y rascacios, que añaden variedad al ecosistema marino. La inmersión también permite explorar arcos y pasadizos submarinos, estructuras naturales a través de las cuales se puede nadar con cuidado para no dañar la frágil biota que los rodea.

La zona pelágica es igualmente fascinante, con bancos de bogas y bolas de alevines plateados que nadan en grupo, a menudo perseguidos por seriolas, lo que ofrece un espectáculo de vida y dinamismo en estas aguas abiertas.

La parte menos profunda de estas grandes formaciones rocosas, situada a unos 5-6 metros, es ideal para observar una amplia variedad de especies. En este nivel se encuentran lábridos, mojarras, sargos de gran tamaño, salemas, gobios y blénidos, que se mueven cerca de las rocas y entre las algas. Este tramo es perfecto para disfrutar de la microfauna marina, destacando la riqueza y variedad del ecosistema incluso en aguas someras.

En resumen, esta inmersión de poca profundidad y baja dificultad es ideal para buceadores de todos los niveles. Combina un paisaje submarino diverso, con una rica microfauna y una variedad de estructuras naturales que invitan a la exploración, ofreciendo una experiencia completa y accesible para quienes deseen disfrutar de la belleza de los fondos marinos de Marina del Este.

Punta del Vapor

36°43’22″N 3°43’36″W

Baja.

Profundidad máxima 18 m, con una profundidad media de 15 m.

Desde embarcación.

Brisa ligera (Fuerza < 3), mejor Poniente que Levante.
Comunidades y especies interesantes.Cangrejos ermitaños, caballitos de mar, paredes de coral rojas, estrellas de mar, pulpos.
No se necesitan permisos para bucear.

Esta inmersión comienza desde el lado izquierdo de la playa de Marina del Este, donde el descenso inicial nos lleva a una zona de rocas grandes y redondeadas, ubicada a una profundidad de 5 metros. Estas formaciones rocosas, con su variedad de texturas y refugios, son el hogar de una amplia diversidad de especies marinas, lo que convierte este lugar en un punto de partida fascinante. A pocos metros de la playa, cerca de la pared rocosa, comenzamos a descender gradualmente hacia una profundidad máxima de 25 metros. Gracias a su posición protegida, esta inmersión es ideal para practicar en cualquier época del año, ya que está resguardada de corrientes marinas significativas.

Durante la primera parte del recorrido, seguimos la parte izquierda del muro, que se extiende hacia el mar y se adentra en un valle submarino entre dos grandes formaciones rocosas. Este valle, que forma parte de un área protegida, es un santuario para una rica flora y fauna marina. Las grietas y pasadizos entre las rocas crean paisajes submarinos únicos, ofreciendo un espectáculo visual que encantará incluso a los buceadores más experimentados.

A medida que avanzamos, el paisaje cobra un carácter casi mágico, y de repente, nos encontramos con una lápida submarina, colocada en honor a un buceador. Este inesperado descubrimiento añade un toque especial y emotivo a la inmersión, invitando a reflexionar sobre la conexión entre los humanos y el mar.

En cuanto a la vida marina, esta inmersión es un paraíso para los amantes de la fotografía submarina. Entre las especies más destacadas se encuentran los cangrejos ermitaños, los caballitos de mar, las paredes cubiertas de coral rojo, las estrellas de mar rojas y diversos cangrejos y pulpos. Además, numerosos cardúmenes de peces nadan alrededor, creando un espectáculo de color y movimiento que invita a detenerse y observar con atención. Es fundamental prestar especial atención a las zonas rocosas y las grietas, ya que suelen ser el refugio de muchas de estas especies, que se esconden en los huecos y oquedades de las piedras.

El recorrido no solo es una exploración de la vida marina, sino también un deleite paisajístico, con formaciones rocosas impresionantes que transforman el fondo marino en un verdadero laberinto natural. La mezcla de colores vivos, especies en movimiento y paisajes submarinos únicos hace de esta inmersión una experiencia inolvidable.

En resumen, esta inmersión combina la accesibilidad de un punto de inicio cercano a la playa con la riqueza de un entorno protegido, donde la biodiversidad marina y los paisajes cautivadores ofrecen una experiencia única. Su condición de estar protegida de las corrientes la convierte en una opción segura y placentera para buceadores de todos los niveles, quienes disfrutarán explorando este rincón lleno de vida y belleza submarina.